La caida de la tarde nos sorprende en Finisterre. Una luz preciosa, p ero cuando el sol desaparece, continua la magia.
A nuestro paso por el Monte Pindo Isaac y yo no pudimos resistir la tentación de bajar del coche y ascender todo lo que pudimos. La lluvia insistia y no quedó más remedio que rendirse y guardar bien las cámaras para regresar.
...y lo de las "converse" blancas en pleno monte quemado... queda para el recuerdo.
Tras una apasionante ruta por la costa, terminamos en la ermita de S. Andrés de Teixido donde reparé en estas alambradas llenas de los pañuelos dejados por los peregrinos.
Mas costumbres. En este caso en Muxia, en el Monte Corpiño. Supongo que plegarias elevadas de la Tierra al Cielo.
Puesta de sol también en el Monte Corpiño.
No queria perderme las Fragas del Eume. No fué el día más cómodo pero....
Mágica Galicia. Inquietante. Llena de símbolos y leyendas.
Volveremos!